No molestar, creando

La Galla Ciencia – 12&21

Foto cuestionario LGC

¿De qué le salva la poesía?

Como la música, el teatro, la danza, el cine o las artes plásticas, me ayuda a lidiar con mi propia incomprensión y alivia de la rutina o la soledad, en los días malos… podría decirse, aunque parezca exagerado, que no soy nada sin el (con)tacto de la cultura, de la belleza.

¿Un verso para repetirse siempre?

No es el verso completo, pero sí célebre… «Ein jeder Engel ist schrecklich» («Todo ángel es terrible»)de la primera de las Elegías de Duino de Rilke.

¿Qué libro debe estar en todas las bibliotecas?

Huiré de los grandes y, trampeando, diré tres conocidas narraciones, dispares entre sí, que en su momento me gustaron mucho: Youth, de J. M. Coetzee; El lobo estepario, de Hermann Hesse, y Pedro Páramo, de Juan Rulfo (ésta, sí, cercana si no ya clásico).

Amor, muerte, tiempo, vida…, ¿cuál es el gran tema?

Creo que el tiempo condensa a los demás. Los Four Quartets de Eliot son mi prueba de cargo.

¿Qué verso de otro querría haber escrito?

No me identifico con la pregunta, así que optaré por citar un verso de mi agrado de José Ángel Valente que, por no ser, no es ni verso: «NADIE. No estoy. No estás. ¿Volver? No vine nunca» (Fragmentos de un libro futuro).

¿Escribir, leer o vivir?

Cualquiera con el ánimo dispuesto lee y escribe su propia vida en un paseo.

¿Dónde están las musas?

Si lo supiéramos, la literatura perdería su magia. Prefiero aguardarlas.

¿Qué no puede ser poesía?

Aquello que se realice sin el máximo rigor. Respeto la tradición, pero no me cuente entre los muy puristas.

¿Cuál es el último poemario que ha leído?

La vida quieta, del poeta y pintor gijonés Melquíades Álvarez, junto a la relectura de Poesía 1990-2010, de Rafael Ballesteros.

Si todos leyéramos versos, el mundo…

… sería quizá más interesante, y casi igual de malvado.

Tres autores para vencerlo todo.

Pessoa, Steiner, Campos Reina.

¿Papel y lápiz, teclado o smartphone?

El tercero para no olvidar versos o ideas; los dos primeros, y el bolígrafo azul, para los borradores de poemas, aforismos y textos breves en libretas varias; el segundo, y su ordenador correspondiente, para grabar las versiones definitivas, estructurar libros completos o plasmar trabajos extensos y/o académicos.

(Fuente: La Galla Ciencia)