MANUEL GAHETE (23/05/15)

La ruptura con el naturalismo dota a los autores fragmentarios de una cosmovisión onírica muy cercana al surrealismo, lo que no priva a algunos de un efervescente pulso dramático. “Solo resta tu amargura. La mía se diluyó con elegancia en el pedregal cósmico, contemplándote…”. Alvaro Campos se encuentra sin duda entre los más arriesgados, apostando por la aventura, construyendo un espacio peculiar donde los textos parentéticos, los puntos suspensivos y las ideas truncadas conforman un pensamiento mediado entre filosofía y paremiología; una miscelánea rabiosa de lo racional y lo cardítico, el frío metal y el papel que arde. Pleno de sustanciales aciertos, “Vivir en lo vivido / es morir”, Campos alea lo visual con lo poético, lo prosaico con lo lírico, el culturalismo con lo culto; su azarosa creatividad y su originalidad privativa lo sitúan con fuerza en el difícil camino de la literatura siempre por descubrir.

(Fuente: Diario Córdoba)